sábado, 14 de septiembre de 2019

Entre lagrimas y risas

Han escuchado a personas decir "No digas mas porque voy a llorar", "Ay no, ya no me cuentes porque lloro", "No te cuento, porque me acuerdo y lloro"

Cuando yo escuchaba esto, me parecía un poco cursi, bobo, ridículo. Si, así mi juicio,
¡Paar  Faaavaaar! ¿como alguien va a llorar solo por recordar?
Eso lo pensaba, porque no suelo ser muy emotiva ante otras personas -o al menos eso pensaba de mi misma-, tampoco es común que me veas repartiendo palabras cariñosas y/o muestras de afecto.

El pasado sábado 1 de septiembre, cumplí tres años de que pasé por el quirófano y ¿saben que?... solo recordar toda esa experiencia, darle vida a los recuerdos en mi mente hacen que quiera llorar. Me hacen llorar y me he convertido en una llorona.

Estoy por cumplir 43 años y aunque mis hermanos dicen que de pequeña siempre fui bien llorona, he descubierto que aún tengo muchas lagrimas guardadas y finalmente les estoy dando la oportunidad de ser libres.

En éste último control médico, el cual debía ser a los seis seis meses después del "achicharramiento de cabeza" (radio-cirugía), pero, que gracias a las miles de vueltas del IMSS se torno en casi un año. Mis neurocirujanos de España me indicaron que todo sigue estable dentro de mi cabeza (estrictamente hablando en términos fisiológicos).

El resto de las glándulas comandadas por la hipófisis están trabajando correctamente a excepción de los ovarios, pero eso ya es una "normalidad" de los últimos años . No funcionaran, aún cuando sigan torturando a Pepe (o lo que quede de él).

A mediados del año, sentía que estaba pasando por una mala racha de salud. Constantemente estaba "resfriada".  ¿Defensas bajas? o ¿algo diferente pasaba en mí?. En general estaba "bien", sólo por esa pequeña diferencia de moco perpetuo.

Cada vez que veía a un médico en el IMMS o externo (médico familiar, internista, neurocirujano, medico general, endocrinólogo),  y me preguntaban  ¿como estas?, les decía
"Me siento bien, solo que desde la radiación, siento que me enfermo constantemente".
Lo decía con un poco de reserva, o timidez por pensar que podría estar exagerando las cosas o estar un poco "Melman" -la Jirafa de Madagascar-  hipocondríaca tratando de culpar a la radiación de ésta diferencia que percibía en mi salud.

Todos los médicos me ignoraron, salía de ahí pensando que en verdad estaba mas "mal de la cabeza" que antes. Comenzaba a cuestionarme, si esto era una especie no-consciente de llamar la atención: "HOLA SOY MARCIA, HAGANME CASO PORQUE ME RADIARON EL CEREBRO Y ESTOY OPERADA DEL CEREBRO". Que todo era una mala percepción del antes y después de la radiación.

Pero un día mi cuerpo no pudo mas. Tenía una tos que apenas me dejaba respirar. Visite dos médicos y la tos no mejoraba. Empezaba a asustarme (aún sin llorar), algo no estaba bien. Ya no podía trabajar. Unos cuantos minutos bajo el aire acondicionado y empezaba a toser al grado de tener que levantarme corriendo al baño para vomitar. Era jueves, el domingo tenía mi cita para la Resonancia Magnética en Tijuana, el Martes vería a el neurocirujano. Insistiría en lo que me estaba pasando.

El día de la resonancia pensé que no lograría. Me pasaron a la zona de espera, había aire acondicionado. Aún cuando trate de mantener mis vías respiratoria libres, no fue suficiente. A los primeros 10 minutos dentro del imán, no resistí mas, presioné el botón de paro...un acceso de tos.

Cuando pude controlarme el radiólogo me advirtió
-Lo vamos a intentar de nuevo, pero si vuelve a suceder, tendrá que reagendar su cita.

¡NOOOO! ¡Eso no podía suceder! Son MESES de trámites en el IMSS. ¡No pasaría de nuevo por toda esa burocracia!

Justo en ese momento ocurrió un milagro: ¡se fue la luz!

En lo que esperaban instrucciones sobre si continuaban con la luz del generador o se apaga todo, tuve la oportunidad de despejar mis vías respiratorias, respire mil ungüentos. Mas relajada entre nuevamente al imán. Quince minutos después me pusieron el medio de contraste (Gadolineo) por vía intravenosa.
"Le puede provocar un poco de comezón en la garganta y ganas de toser"
¿En serio? ¿¡TOS!? ¡NOOOO!

Afortudamente(para ése momento), me han inyectado constraste tantas veces que no tuve ninguna reacción adversa y pude completar la resonancia.


Tras una larga espera, el informe del radiólogo  decía :

IMPRESION DIAGNÓSTICA
Macroadenoma Hipofisiario KNOSP 1:derecho, 0:Izquierdo
Pansinusitis


¡Pansinusitis!, finalmente un diagnóstico para esa tos que me estaba haciendo la vida imposible.

La cita con el Neurocirujano del IMSS fue un total fracaso. No estaba el titular y envió un remplazo. Quien resumidamente y sin preocuparse por dar seguimiento o revisar mi expediente solo atinó en decir "pues tu adenoma sigue siendo grande, sigue creciendo y la institución no puede hacer nada por ti, vuelve en seis meses para otra revisión"

Bajo esa premisa, me mando consultar por fuera con un otorrino porque en el IMSS no me iban a atender.  Aún así insistí y a regañadientes me dió un pase al otorrino, la cual me programaron hasta después de tres semanas. ¡Ni hablar!, tuve que apoyarme en mi origen de pequeña burguesa para atenderme  por fuera con un especialista y no tienen idea de lo reconfortante que fue.

Yo tenía razón, desde la radiación algo pasaba en mi. El especialista me explicó que con la radiación se quemó el epitelio nasal y durante todos estos meses mi nariz estuvo sin filtro, provocando un cuadro severo de alergia que provocó la inflamación de todos los senos paranasales. Además de un exceso de mucosa, que me impedía respirar.  Salí de la consulta sumamente aliviada y con un conjunto de severas instrucciones de alimentación y alejamiento de una de mis pasiones... los gatos.
Mi epitelio se va a recuperar y yo estaré bien.

Después de tres meses de tratamiento, he mejorado muchísimo, no hay mas tos.

¿Alguna vez han ido al IMSS?,  ¿se han topado con personas que llevan una carpeta con un montón de hojas?. Recuerdo que las miraba y pensaba, "¡Ay esa señora!, ¿para que carga con todos esos papeles?", dejenme decirles que yo me he convertido en una de esas señoras.

Tramitar una cita al especialista, requiere de al menos tres hojas para firmar y sellar. En caso de necesitar traslado, hay que añadir otras tres.

¡Es imposible no terminar debajo de un montón de hojas!. Yo ya tengo mi carpeta. Si nunca has necesitado tener una para ir al IMSS, considérate MUY afortunado, pero si al igual que yo, ya tienes tu colección de hojas quiero decirte que lamento mucho que además de estar enfermo, también tengas que sufrir del desprecio de la burocracia para tener acceso a la salud.

¡Hasta la vista! ¡Voy a organizar mi expediente!