sábado, 14 de enero de 2017

Otros 10 miligramos mas cerca ..


En el catorceavo día del año les informo que ya paso el día cuatro.  ¡Duh! ¡Obvio! ¿no?.
Si han leído mis escritos anteriores, recordaran que esperaba ansiosa por la llegada del día cuatro de Enero, pues ése era el día de mi cita con mi neurocirujano para conocer el siguiente paso de mi tratamiento. Aunque me siento muy bien y aquí me lo "paso bomba", ese día no podía evitar sentirme nerviosa.

En el hospital, obsesivamente devoraba los dulces de mi Candy Crush, que no reconocí a mi doctora cuando paso frente a nosotros. Pero no fue sólo mi grado de enajenación, si no que ella ya no llevaba esa melena alocada con la que la recordaba meses atrás (¡MESES! ¡Que fuerte!).

"Año nuevo, cabello nuevo", nos dijo en la consulta.

Mi doctora es una persona muy cálida y simpática. Habla mucho y muy rápido, abro los ojos grandes para escucharle mejor, aunque suene absurdo, pareciera que por alguna extraña razón esa técnica funciona.
"He visto tu resonancia y me alegré mucho de ver el resultado. Aunque yo sabía que habíamos removido una buena parte del tumor. El sangrado que tuviste, no nos dió la oportunidad de dar una segunda pasada. Así que, al igual que tu yo también esperaba ansiosa por el resultado. Con gran alegría te informo que removimos el 90% del tumor"
Posteriormente, me explico que considerando que los restos tumorales son pequeños y que una de las consecuencias de la radioterapia es el daño total de la glándula hipófisis, tenemos que evaluar muy bien mi estado.
Hasta ahora sólo tengo un daño parcial en la glándula hipófisis. Hay ciertas hormonas de las cuales podemos prescindir o utilizar terapia de reemplazo.  En el caso especifico de la Hormona estimulante de la corteza suprarrenal ACTH (para lo cual estoy tomando los corticoides). No existe una forma artificial de simular la secreción "normal". Es imprescindible para el cuerpo, pero no existe un patrón de secreción. Se producen "shoots"en situaciones de estres o cambios importantes.

Sólo si el endocrinólogo confirma que no "sirvo", entonces continuar con la radioterapia sería la primer opción. No hay prisa, porque mi tumor es de crecimiento lento y aún "soy joven" para quedarme sin hipófisis. La sugerencia médica es mantener seguimiento de los restos tumorales, continuar con las visitas al endocrinologo y muy probablemente podamos posponer la radio cinco, diez años o para siempre.

Salí de la consulta, con un carga menos. No puedo expresarles como me sentí. Mi hermana me preguntó ¿Ya mas tranquila?, respiré y lloré.  No se si de emoción o de nervios acumulados. Sentí alegría, "volvería a casa",  pero también mucha tristeza de dejar a esta parte de mi familia que me ha cuidado y mimado durante toda esta etapa.

Esta semana visité al endocrinólogo, me tocaba la revisión de los dos meses. Mis niveles de tiroides y ACTH se mantienen dentro de los rangos normales. Por lo cual me redujeron nuevamente la dosis de Hidroaltesona de 20mg a 10 mg al día, ya sólo  tomaré media pastilla por las mañanas. En dos meses nuevamente tengo analítica de sangre y quizá me retiren la dosis por completo.
Según el médico, si está en funcionamiento la producción de ACTH, pero aún no podemos saber si esta al 100%. Así que salí de la consulta con una dosis menor y con una instrucción que tengo que llevar a todas partes
"En caso de estrés médico-quirúrgico suficientemente grave, doblará o triplicará la dosis de Hidroaltesona o utilizará la vía parenteral (Actocrotina)"
 Traducción, "en caso de accidente puede que esta individua no produzca ACTH, denle un shot"

¡Todo esta listo para cruzar para el charco! ¡Volaré el próximo 24 de Enero!


¡Gracias a cada uno de ustedes que han estado al pendiente de mi salud y que me envían sus buenos deseos!
¡Nos vemos pronto!

sábado, 7 de enero de 2017

Norte ando...

Llegó el final del año 2016, esta vez me tocó pasarlo en San Sebastían en la comunidad autonoma del País Vasco, al norte de España.
Emprendimos un viaje de casi 10 horas en coche hasta alcanzar la costa del mar cantábrico.
Al salir de Granada, te topas con Jaen con inmesos campos cubiertos de Olivos.
Una espesa neblina nos acompañaba en el camino, era casi imposible de divisar los molinos de viento que indican que hemos llegado a la comunidad de  Castilla - La Mancha. Con el pasar de los kilométros, dejamos la neblina atrás para dar lugar a una gran meseta "Aquí se siembran melones en verano". La carretera estaba bordeada por cientos de generadores de energía éolica.
Entre juegos de palabras encadenadas, campos semánticos, cuentos colectivos, "veo veo" y una que otra pestañeada llegamos al norte. Las señales de la carretera son bilingües Euskera y Castellano. Paisajes de cuentos de montañas al estilo Heidi o la colina de Pony de Candy Candy. Grandes caseríos en la montaña con cientos de ovejas pastando.

En San Sebastian, la brisa del mar, la humedad  y una secuencia de estornudos casi me hizo sentir en casa, en Ensenada. La casa de los padres de mi cuñado se encuentra en una zona provilegiada de la ciudad. Justo al frente de la bahía de la concha y a escasos metros del centro, con una vista impresionante desde el jardín.


La ciudad "suena" diferente, otro acento, perfecta vocalización y mucha cortesía. Muy diferente al acento Granadino o a la algarabía andaluza con su arquitectura arabe, aquí los edificios se ven mas"garigoleados". Según la información de Turismo son de estilo Romático con un marcado estilo francés o"Belle epoque", lo cual le ha hecho ganar el nombre de "La Pequeña Paris".
Bellos y amplios paseos adornan la ciudad.


Comer rápido es fácil en la zona vieja de la ciudad. Los bares te reciben con las barras llenas de pintxos(pequeñas raciones de comida en palillos). Escoge los que te apetezcan y al final te cobran contando los palillos. Sería fácil esconder los palillos y no pagar todo lo que comiste, pero es casi como el código de honor de comer tacos ante el ojo vigilante del taquero, dice la leyenda que "El siempre sabe cuantos te comiste".

Fue mi primera vez en despedir el año intentando comer las doce uvas al ritmo de las doce campanadas que anuncian la llegada del año nuevo.
¡Adiós 2016, te llevaré siempre en mis recuerdos!
El domingo 1 de enero, lo empezaría como todos mis domingos de los últimos años. Aunque soy evangélica, no quise irme de esta bella ciudad sin asistir a Misa, admirar la liturgia tradicional y escuchar el enorme órgano tubular en la Catedral del Buen Pastor. Un hermoso templo de estilo Neogótico

El viaje llegó a su fin, pero no podía irme de San Sebastian sin disfrutar de una comida al estilo vasco: Chistorra,Chuleton de buey a las brasas y de postre un buen trozo de Pantxineta,



Comienza un año oficial, pero no se olviden que cada día es una oportunidad para ¡comenzar de nuevo!