domingo, 18 de septiembre de 2016

Paja y Chapopote...

Esta semana acudí a mis revisiones post-operatorias con el Neurocirujano y el Otorrino.
Aunque yo sabía que todo iba muy bien, no podía evitar sentirme nerviosa de caminar de nuevo por los pasillos del hospital. He pasado unos días estupendos, nada que ver con el limbo en que vivía antes de la cirugía.

Quizá mucho de ustedes no me vieron, ni lo notaron. Fueron días muy oscuros luchando por tener fuerzas, por tener mejor ánimo. Nunca sentí tristeza o temor por mi enfermedad, sentí alivio cuando me dijeron que en verdad estaba mal de la cabeza, que no era un "mal" de esos "comunes" que vivimos todos.

Ustedes no lo sabían, porque me daba vergüenza contarles que había días en que no podía salir de la cama. Bajaba las escaleras y lloraba en los brazos de Sergio
-"No quiero estar así, en verdad que no quiero, pero no puedo levantarme". 

Mi vista se clavaba por minutos, horas en el techo de mi habitación ¿Que veía?¿Que pensaba? Nada. En mi teléfono todos los días había mensajes:
-"¿Ya te levantaste?"
-"¿Ya desayunaste?"
-"Evish Levantate"
-"¿Te fuiste a trabajar?"
Volteaba el teléfono y me volvía a hundir en las almohadas.
Tengo náuseas, estoy mareada, no quiero nada.

Mi hermana que es maestra, me llamaba a la hora del recreo, 10:30 am
-¿Que haces? ¡Sal de la cama!, ¡Desayuna!
-Si, ya voy

Se que esto pasará, se que estaré bien. La espera me parecía infernal, ¿estará funcionando el medicamento?. 

Hubo días que intenté caminar, correr, me sentía diferente por instantes. Hasta salía a arreglar el jardín pero luego el cuerpo me pasaba factura. El resto del día la cama me guiñaba un ojo y caía rendida a sus encantos. "Estas enferma, no pasa nada, quédate en cama". 
Después la culpa me sobrepasaba ¿El trabajo?, ¡te están esperando! ¡Tienes fechas por cumplir!

Sólo quería que pasaran los días, que se cumplieran los tres meses.
A veces parecía estar un poco mejor, no tenía malestares; pero tampoco salía mucho de casa. No podía exponer mi vista a mucho movimiento, participar en charlas o conducir. Mientras no me sometiera a situaciones de stress  no había nauseas, mareos, dolores de cabeza, tampoco necesitaba cerrar mi ojo derecho para ver bien.

Todos me veían bien, pocos sabían lo frágil que podía sentirme al ser despojada de mi "Super Eva". Lloré mucho por las cosas que no podía y quería hacer. Al final lo acepté. Debía dejar que todo siguiera su curso y así fue.

Es emocionante sentirme tan bien. Cuando veo a mis médicos siempre se alegran, se asombran de lo rápido que me he recuperado y suelen añadir "nos diste batalla", "fue complejo".
Siento correr un frío por mi espalda. Esa complejidad solo lo percibo por sus palabras, por su expresión facial. Para mí todo ha sido tan rápido, que apenas puedo creer que hace tres semanas que llegamos aquí y que prácticamente ya estoy recuperada. Que aún en recuperación estoy mejor de lo que estaba en México.

No tengo mas un tumor en mi cabeza. !Ahora tengo Paja y chapopote!..¿Paja?, Bueno, no es exactamente paja. Es un relleno orgánico de celulosa en el lugar que ocupaba el tumor. Se absorberá a medida que mi cerebro vaya ocupando su lugar.  ¿Y el chapopote?, ése está al final de mi nariz, es un pegamento orgánico que tapa el orificio que hicieron en mi cráneo para operarme.

En la consulta del otorrino, éste introdujo una cámara por mi nariz para echar un vistazo. Yo sólo estaba concentrada en no llorar, pero Sergio ha visto dentro de mi cabeza una sustancia parecida a "Venom" (comic´s Spiderman), el cual cuelga un poco hacia mi paladar y también desaparecerá con el tiempo.

Cada día que pasa, sonrío y pienso en lo afortunada que soy ¡Asombroso!



1 comentario:

  1. Ya por el hecho de estar vivos sin duda somos afortunados, pero muy, muy a medias si no se tiene la salud para gozar de la 'fortuna' de la vida. Ahora que ya estás 'completa', ahora sí; a gozar tu gran fortuna!!!

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